Sheehan, R., & Hassiotis, A. (2017). Reduction or discontinuation of antipsychotics for challenging behaviour in adults with intellectual disability: a systematic review. The Lancet Psychiatry, 4(3), 238-256.

La presencia de trastornos de conducta en la DI en entorno de servicios sociales o sanitarios se cifra en un 10-15%, pudiendo ser en realidad mayor. Cualquier intervención debe tener presente que hay factores biológicos, psicológicos y sociales que pueden originar la presentación y mantenimiento de tales conductas. Los TC frecuentemente persisten en aquellas personas a quienes se prescriben antipsicóticos y tienden a ser tratamientos crónicos. La utilización de antipsicóticos en TC viene justificado por una respuesta adecuada al tratamiento, baja eficacia de los tratamientos psicosociales alternativos, y el miedo de los cuidadores a los cambios de tratamiento. En este trabajo se pretende estudiar los efectos que se dan con la reducción o retirada de medicación antipsicótica cuando es usada para TC en personas con DI por medio de la revisión de la literatura existente.

En relación a la consecución de la reducción o retirada observan una gran variabilidad en los estudios revisados. Así la tasa de fracaso en la retirada va del 0 al 96%. En lo que respecta a los efectos sobre los TC de la reducción/retirada se observa la dificultad en su medición. Debe destacarse la idea de que puede darse un aumento inicial de las conductas antes de mostrar mejora. La revisión sobre los efectos sobre el movimiento manifiesta tres fenómenos. En primer lugar que la reducción o retirada de antipsicóticos puede conllevar a aparición o aumento de extrapiramidales, que este fenómeno es menos frecuente en aquellas personas que reciben simultáneamente anticomiciales y, en tercer lugar, que tales efectos son transitorios, revirtiéndose entre 6 y 24 meses. A este último fenómeno se le ha designado como discinesia transitoria por abstinencia. Para el sistema autónomo se observa decremento en las puntuaciones de SCOPA-AUT. En relación al peso y metabolismo se observa que en poco tiempo hay mejora en la mayoría de los parámetros. El resto podrían depender de seguimientos a más largo plazo. Si bien en los estudios no se valora el efecto sobre la salud mental si se observa mejoría en capacidades cognitivas y participación en actividades. Serían los efectos sedativos o anticolinérgicos los responsables. A nivel anecdótico, en uno de los estudios, los sujetos habían recibido diagnóstico de demencia y este fue rectificado con la retirada.

En cuanto a las variables predictoras se observa que una mala respuesta previa a la reducción es de mal pronóstico. Por el contrario, las personas con bajas dosis de antipsicóticos tienen mejor respuesta. Otras variables han mostrado resultados contradictorios entre estudios. Las personas con patologías psiquiátricas , psicótica o no, tienen más probabilidades de recaer con la retirada. El uso simultaneo de otros psicofármacos han mostrado ser una variable de buen pronóstico a la retirada de antipsicóticos, aunque no de forma consistente en todos los estudios.

La existencia de un grupo de personas en los que la reducción o eliminación no sólo no mejora los TC, sino que la empeora y la observación de aparición discinesia transitoria por abstinencia, obligan a tener presente la probabilidad de psicosis por hipersensibilidad dopaminérgica y alteraciones colinérgicas y/o adrenérgicas. Cabría la posibilidad que estos efectos fuesen los que mantuviesen los TC.

Finalmente los autores concluyen que no debe abogarse por una política generalizada de retirada, sino por una revisión caso a caso.

Consideraciones: En nuestra opinión uno de los puntos que debería ser estudiado y que podría ayudar a mejorar la “medición” de los trastornos de conducta es la disparidad en la valoración de tales trastornos por parte de los instrumentos al uso y la percepción de las personas que los han de enfrentar. Así pensamos que la mera atribución al miedo a la reducción es un simplismo y que debería ser contrastado con la utilización de placebos y doble-ciego. Hipotetizamos que hay variables no medidas que justifican tal preocupación. A modo de ejemplo, podría darse el caso que los neurolépticos pudieran tener solo una afectación en la fuerza empleada y la rapidez en la ejecución de una agresión y/o una mayor facilidad en la contención verbal o física. Tan solo esto ya explicaría que diese una mayor seguridad al personal que ha de enfrentarse a estas y una valoración positiva a la medicación por su parte. [-]